GEOLOGÍA Y GEOTECNIA

Conoce tu terreno y las posibles soluciones para una cimentación segura

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Ing. Juan Carlos Rosas
Coordinador de Geotecnia

La cimentación es uno de los puntos más importantes y críticos dentro de cualquier proyecto de construcción, ya que se tiene que garantizar una cimentación estable para proteger la edificación, además de optimizar los recursos y reducir los riesgos futuros.

Para lograr este objetivo podemos utilizar estudios del subsuelo, donde se evalúan las características del suelo para establecer su capacidad de soportar cargas estructurales. Según si el suelo es blando, normal o cuenta con condiciones especiales tales como los suelos expansivos, el tipo de cimentación variará significativamente.

Utilizando de forma adecuada los materiales para hacer cimientos, así como técnicas avanzadas de compactación del terreno, se puede asegurar la estabilidad y la seguridad de las edificaciones.

¿Qué debe tomarse en cuenta para la cimentación de un proyecto?

Antes de comenzar con el proceso de cimentación, es vital llevar a cabo un análisis profundo de las condiciones del terreno. Veamos algunos factores clave que se deben considerar para asegurar la mejor cimentación:

  • Capacidad de carga: esta se trata de la capacidad del terreno para que soporte el peso de la estructura. Si el suelo no cuenta con una capacidad portante adecuada, la edificación puede colapsar o sufrir de asentamientos.
  • Compactación del terreno: un terreno bien compactado te garantiza que la estructura se apoye de forma estable y uniforme.
  • Características geotécnicas del suelo: se incluye la composición y características geotécnicas del terreno, como la permeabilidad y resistencia.
  • Suelos expansivos: suelos que se contraen o expanden, según su contenido de agua, lo que provoca problemas de estabilidad en las estructuras.

Suelos blandos: este tipo de terreno necesita de técnicas especiales de refuerzo para impedir que la estructura se hunda o sufra deformaciones con el pasar del tiempo.

Después es necesario llevar a cabo estudios del subsuelo, donde el ingeniero proyectista pueda evaluar las características del suelo y así elegir las mejores soluciones constructivas.

Es importante analizar los siguientes aspectos:

  • Composición del terreno: es esencial conocer los distintos estratos que componen el terreno, lo cual apoyará en determinar si se trata de un suelo normal, blando, rocoso o si es de suelos expansivos.
  • La integridad del suelo: aquí se establece si el terreno es apto para soportar una estructura, además de cuál es su comportamiento ante la humedad y otros factores del clima.
  • Capacidad de carga: es importante conocer cuánto peso puede aguantar el suelo sin que se deforme o colapse, lo cual es esencial para definir el tipo de cimentación correcta.

Compactación del terreno: es importante asegurarse de que el terreno se encuentre bien compactado, ya que ayuda a evitar movimientos del suelo y que haya asentamientos irregulares.

Tipos de cimentaciones

Las técnicas de cimentación varían por el tipo de suelo y las particularidades de la estructura que se va a construir.

Estos son los tipos de cimientos más comunes y algunas de sus aplicaciones:

  • Superficial: se utiliza en terrenos con buena capacidad portante, cercana a la superficie. Esta cimentación es perfecta para edificaciones ligeras, y requiere extender la base de la estructura de manera uniforme.
  • Profunda: necesita de la inserción de pilares o pilotes a una mayor profundidad en terrenos donde la capacidad portante superficial no es suficiente. Se usa principalmente en suelo blando o en proyectos con bastante carga estructural.
  • Zapatas aisladas: se trata de elementos de cimentación que se ponen bajo columnas individuales para aguantar cargas puntuales. Es bastante útil en edificaciones pequeñas o con baja altura.
  • Zapatas corridas: se utilizan para soportar muros de carga; estas se extienden de forma continua bajo los muros de la estructura, distribuyendo el peso a lo largo del terreno.
  • Losa aligerada: esta cimentación distribuye las cargas sobre una gran superficie, reduciendo la presión que hay sobre el terreno. Es bastante eficiente en terrenos de resistencia media, minimizando el peso total de toda la estructura.
  • Cimentaciones con pilotes: se utilizan cuando el terreno superficial no cuenta con la resistencia suficiente. Estos pilares se deben clavar hasta hallar un estrato de suelo firme a mayor profundidad; es muy común en proyectos de gran extensión.
  • Cimientos de mampostería o piedra: este es el más utilizado en proyectos de baja carga estructural, sobre todo en áreas rurales o con poca demanda de infraestructura pesada.

Elegir el tipo correcto de cimentación de edificaciones es vital para garantizar la seguridad y la estabilidad de cualquier tipo de proyecto de construcción, incluyendo la evaluación de la capacidad portante, la compactación del terreno y las características geotécnicas del suelo, para evitar futuros problemas en la estructura.

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