El estudio de suelo o geotécnico es necesario para conocer si el terreno donde se va a construir es el ideal para soportar las cargas de la estructura; por eso es tan importante conocer los tipos de suelos para construcción y sus características.
El tipo de suelo o tipo de terreno se refiere a la composición y a las características físicas del terreno sobre el que se va a construir un proyecto o edificación.
Entre los factores que se incluyen, podemos mencionar:
Cada uno es determinante para poder elegir la cimentación correcta. Hay que destacar que en la ingeniería civil existen diversos tipos de suelos que se analizan para determinar su aptitud en la construcción.
El terreno en construcción se clasifica según su capacidad para soportar cargas, además de su comportamiento ante factores como el movimiento sísmico o la humedad.
Se utilizan distintas clasificaciones que agrupan los tipos de suelo según su resistencia y composición. Veamos dos clasificaciones muy usadas:
1. Clasificación de suelos para excavación Tipo A,B y C
Suelos tipos A: de material suelto o blando; ideal para suelos poco cementados, tales como limos, suelos agrícolas y arenas. Se puede excavar con escrepa de la capacidad que necesite para ser jalada con tractor de orugas,
Suelos tipo B: este material es de difícil extracción y carga, así que solo se puede excavar con tractor de orugas con cuchilla o con pala mecánica sin usar explosivos. Los materiales clasificados para este tipo de suelo son los conglomerados medianamente cementados, rocas alteradas, tepetates y areniscas blandas.
Suelo tipo C: es muy difícil la extracción, y solo se puede excavar con el uso de explosivos. Entre los materiales clasificados podemos mencionar a las areniscas, rocas basálticas, calizas, conglomerados muy cementados, granitos, riolitas y andesitas sanas.
2. Clasificación de terreno para diseño por sismo
Esta clasificación también es muy común en la geotecnia.
Suelo tipo 1: se incluyen terrenos rocosos y suelos compactos con alta capacidad de carga. Son los mejores para edificar grandes estructuras sin muchas complicaciones o problemas.
Suelo tipo 2: se trata de un terreno intermedio que puede requerir de mejoras en su capacidad portante, según las condiciones climáticas o el peso de la estructura.
Suelo tipo 3: este es el más blando y con más riesgo de que se deforme, este tipo de suelo suele necesitar de refuerzos significativos o hasta el uso de cimentaciones profundas.
El mejor tipo de suelo para construcción dependerá de las características del terreno y del tipo de proyecto.
Hay que considerar que el suelo rocoso y de arcilla dura son los mejores, debido a su mayor estabilidad y soporte. Los horizontes de sedimentos más profundos te permiten transferir la carga de forma eficiente, sorteando problemas tales como el hundimiento o la inestabilidad estructural.
En los terrenos menos aptos, como los suelos tipo A o tipo III, es necesario llevar a cabo estudios geotécnicos profundos para asegurar que la estructura sea segura y eficaz.
Veamos algunos tipos de suelos principales que se pueden encontrar en un proyecto de construcción:
Para asegurarse de que el tipo de terreno es apto para la construcción o proyecto, los estudios geotécnicos son esenciales; en ellos se incluyen pruebas de laboratorio y análisis del suelo en el sitio para lograr evaluar las propiedades del suelo.
En los Laboratorios de Integra llevamos a cabo un análisis profundo de las características del terreno, desde su capacidad de carga hasta su comportamiento bajo ciertas condiciones de estrés, como lluvias intensas, temblores o terremotos.
Ofrecemos distintos servicios:
Pruebas de corte directo en campo, laboratorio y compresión triaxial en sus variantes UU, CU y CD: permiten evaluar la cohesión del suelo y su resistencia al deslizamiento.